Acerca de la Consulta

LA ATENCIÓN DE “CONSULTA DE PSICOLOGÍA” es el uso combinado de técnicas evocadoras del terapeuta, sobre el problema, y sirve para inducir a la persona que consulta, a sentir y a comprender de forma distinta su propio problema y sus propias reacciones, hasta conducirle a su superación al descubrir por él mismo, cómo funciona su problema y cómo por tanto, puede resolverse, partiendo de las respuestas que él mismo da a las preguntas del terapeuta sobre su problema.

Concebida como una UNIDAD DE SALUD MENTAL, para su realización en el marco de un dispositivo médico, es una unidad de trabajo, en colaboración esencial o complementaria, según proceda, de otros servicios técnicos, médicos o de asesoramiento que al consultante interesan. La intervención del Psicólogo Clínico, no es una “terapia” que cura como cabría esperar que realizara un fármaco o una intervención de cirugía al margen de la participación voluntaria y activa de quien la toma o es operado con cirugía, sino que se trata de una atención o asesoramiento que moviliza recursos personales de los consultantes para la resolución de problemas que tienen una manifestación clínica en salud.

Son Motivos de Consulta el estado o condición depresiva y la ansiedad, fóbica u obsesiva, los problemas de adaptación por separación o abandono o pérdida de una persona querida, o de una condición o circunstancia, de trabajo, económica, de salud, de aprendizaje o desarrollo personal, o la experiencia de un acontecimiento traumático que se manifiesta por el malestar psíquico y físico de la persona. Quién consulta, puede ser uno mismo por lo que a él atañe, o puede consultarse por un familiar, la pareja, los padres o un hijo o hija, y en todos los casos, se trata de una consulta sobre algo que al que consulta importa de manera esencial en un contexto de conversación privado y personal, y en un marco profesional definido por quién atiende la consulta.

Conforme sea deseada por el consultante, la consulta se realiza de forma Individual, en Pareja o de Familia. Después de una primera cita y entrevista de cualquier modalidad, se valora y decide o cambia, el carácter y régimen de continuidad, si procede, que se le van a dar a las citas siguientes, si las hubiere. Y así sucesivamente en cada entrevista, que, porque lo desea el consultante, se puedan o se deban realizar.

El tiempo medio de una consulta-entrevista, es de entre 35 minutos y una hora.

La consulta habitual se realiza en 1 a 4 entrevistas-citas; en tiempo, un día a unas semanas o unos meses.

La intervención media es de 5 a 7 citas-entrevistas-sesiones, con una duración en tiempo de uno a cinco meses.

Puede haber otros procesos de consulta más largos.

Los intervalos de una entrevista-cita o sesión a otra, no son siempre los mismos, puede ser de una semana, o quince días, un mes o varios meses. Todo ello se va decidiendo durante el proceso.

La persona puede asistir sola, o a veces o siempre con un acompañante, que puede o no participar según el propio interés del proceso y decidido por las propias personas que consultan.

Por un tema de pareja pueden participar en la consulta uno o los dos. Por un tema de familia, varios miembros significativos por relación al tema que preocupa.

Se trata de que, cuanto antes, la persona que consulta o personas que lo hacen, tomen la iniciativa y el control sobre el proceso de la consulta o nunca lo pierdan y así, son ellos los que deciden su inicio, su desarrollo y su final, cuando lo desean. Y quién atiende la consulta hace lo propio, en su obligación profesional y técnica y así, informa a los consultantes de aquello que considera, que mejor proceda.